Gracias por pasar a mi nuevo blog, Aquí les explicare un
poquito acerca de la Historia de los Santos Niños Mártires de Tlaxcala.
ORACIÓN A LOS SANTOS NIÑOS MÁRTIRES DE TLAXCALA
CRISTÓBAL, ANTONIO Y JUAN
Oh Padre misericordioso, adoro profundamente tu bondad infinita, por la fortaleza que diste a los Santos Niños Cristóbal, Antonio y Juan, quienes al principio de la Evangelización de México, a pesar de sus pocos años, llenos de fe y amor por extender tu reino y sin miedo a los sufrimientos, con su palabra y su martirio, nos dejaron ejemplo de una fe firme y sincera.
Concédenos por la intercesión de los Protomártires de América, una transformación profunda en la Iglesia de hoy, que nos lleve a vivir con alegría la fe en Cristo, para anunciar con nuestra vida diaria la verdad del Evangelio.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Estamos
celebrando el Año Jubilar, gracias a los 500 años del nacimiento de los
Niños Mártires de Tlaxcala, el próximo 23 de Septiembre de 2015 se celebrará su
festividad en el Santuario.
Peregrinación al Santuario de los Niños Mártires,
Parroquia de Santa Inés Zacatelco.
Primicias
de la Evangelización en México
(1527-1529).
Los Niños Mártires de Tlaxcala (Protomártires del continente Americano) fueron los primeros laicos católicos americanos que sufrieron el martirio en defensa de la fe católica dentro del territorio mexicano.
Por tanto, los primeros mártires en México. En la Nueva España los primeros
mártires que conocemos son Cristóbal, Antonio y Juan.
¿Quiénes fueron los padres de Cristóbal?
Acxotecatl y Tlapazilotzin, Bernardino y Luis, hermanos de Cristóbal,
fueron hijos de distinta madre.
¿Dónde nació?
En la pequeña población de Atlihuetzía, Tlaxcala, que en Náhuatl
significa: "Agua que cae".
¿Dónde fue educado?
En la primera escuela franciscana de Tlaxcala, hacia 1524
-1527.
¿Qué edad tenía?
Cristóbal tenía unos doce años cuando murió.
Fecha aproximada de su nacimiento 1514-1515.
¿Cómo murió?
Cristóbal fue el hijo más querido de Acxotecatl.
Cuando los franciscanos reunieron a los hijos de los
caciques para formar la primera escuela, Acxotecatl envió a sus otros hijos. Se
reservó a Cristóbal. Sus hermanos lo descubrieron. Fue llevado a la escuela. El
niño asimiló con rapidez la doctrina cristiana, a tal grado, que él mismo pidió
el bautismo. En seguida comenzó a exhortar a su padre y a sus familiares a
dejar la embriaguez, a abandonar los ídolos; porque era pecado. Acxotecatl
pensó que cuanto le decía su hijo era una simple repetición de las enseñanzas de
los frailes. No le hizo caso. Viendo Cristóbal que no había enmienda en su
padre ni en sus familiares, derramaba el pulque que encontraba en la casa de su
padre. Destruía los ídolos. Irritado Acxotecatl por esta actitud de Cristóbal, concibió
la idea de quitarle la vida. Fingió celebrar una fiesta familiar. Mandó llamar
a sus hijos de la escuela franciscana. Cuando estuvieron presentes, se quedó
solo con Cristóbal, cerrada la habitación comenzó increpar a golpearlo, a
darle puntapiés, a apalearlo,
finalmente lo echó
al fuego. El niño
llamaba continuamente a Dios diciendo
"Señor, Dios mío,
haced merced de mí, si Tú quieres que yo muera, muera yo, y si Tú
quieres que viva, líbrame de este cruel de mi padre". Rescatado por su
madre y otros familiares Cristóbal sobrevivió las primeras horas del día
siguiente. Llamó a su padre y le dijo ¡Oh
padre no pienses que estoy enojado, porque yo estoy muy alegre, sábete que me
has hecho más honra, que no vale tu señorío!. Y que tu señorío no se
compara con el Reino que Dios me ofrece.
¿Dónde fue sepultado?
Muerto el niño mandó su padre que lo sepultaran en una de
las habitaciones de su casa. Cuando se descubrió el crimen Fray Andrés de
Córdoba, en compañía de muchos indígenas, trasladó el cuerpo de
Cristóbal al primer convento que
tenían los franciscanos. Lo
hallaron incorrupto en este primer traslado. Posteriormente fue trasladado al
ex-convento de San Francisco, actualmente
Catedral. Finalmente algunos
historiadores afirman que hubo un tercer traslado, unos dicen que al
convento de San Francisco de México, otros, que al convento de San Francisco de
Puebla.
¿Antonio y Juan, dónde nacieron?
En el pueblo de Tizatlán, uno de los Cuatro Señoríos de la antigua
República de Tlaxcala.
¿Quiénes fueron sus padres?
El padre de Antonio fue Yzehecatzin, hijo de Xicohténcatl el
Grande, uno de los Cuatro Senadores de Tlaxcala, Señor de Tizatlán. No sabemos
el nombre de la madre de Antonio. Ignoramos los nombres de los padres de Juan.
Sólo sabemos que era servidor de Antonio.
¿Dónde se educaron?
En la primera escuela franciscana de Tlaxcala.
¿A quiénes acompañaban?
A fray Bernardino Minaya y probablemente a Fray Gonzalo
Lucero, religiosos dominicos.
¿Hacia dónde se dirigían?
A Oaxaca.
¿Cómo murieron?
Dos años después del martirio de Cristóbal llegaron a
Tlaxcala dos religiosos de la orden de Santo Domingo. Uno se llamaba Bernardino
Minaya, el otro, probablemente era Gonzalo Lucero. Estos dos religiosos iban a
misionar a Oaxaca. Viendo tantos niños en la escuela franciscana, suplicaron a
Fray Martín de Valencia que les diera algunos para compañeros, ya que les
servían de catequistas e intérpretes. Fueron designados Antonio, Nieto de Xicohténcatl, con su servidor
Juan, y un tercero llamado Diego. Fray Martín los exhortó a estar preparados,
quizá tendrían que sufrir mucho. Ellos contestaron estar dispuestos como San Pedro,
San Pablo y San Bartolomé, que sufrieron por Cristo. Llegados a Tepeaca los Frailes dominicos comenzaron
la predicación del Evangelio. Los niños se dedicaron a recolectar ídolos en las
poblaciones de Tecali y Cuahutinchán, donde fueron sorprendidos por los naturales
idolatras, que los mataron a palos. El niño Diego se escapó.
¿Dónde fueron sepultados?
Primeramente, los cuerpos fueron arrojados a una barranca.
De allí fueron llevados a Tepeaca y sepultados en una capilla, donde se
celebraba la Misa.
¿Quién hizo la información del martirio de Cristóbal?
Fray Toribio de Benavente (Motolinía) uno de los primeros
doce franciscanos que llegaron a México en 1524. Siendo Guardián del convento
de San Francisco de Tlaxcala, en marzo de 1539 hizo la información histórica en
Atlihuetzía. Dicha narración la recibió de Luis, hermano de Cristóbal, el cual
presenció el martirio desde una ventana y de otras personas de la familia de
Acxotecatl.
¿Quién narra el martirio de Antonio y Juan?
Es también Motolinía el que hace esta narración.
Fueron beatificados el 6 de mayo de 1990 en la Basílica
de Guadalupe por San Juan Pablo II
Como un gran impulso a esta causa de canonización el 24 de marzo de 2012, en su discurso en la plaza de la Paz, el Papa Benedicto XVI en su visita a México invitó a los niños de México y de todo el mundo a tomar como ejemplo la vida cristiana de Cristóbal, Antonio y Juan.
"Ustedes, mis pequeños amigos, no están solos. Cuentan con la ayuda de Cristo y de su Iglesia para llevar un estilo de vida cristiano. Participen en la Misa del domingo, en la catequesis, en algún grupo de apostolado, buscando lugares de oración, fraternidad y caridad. Eso mismo vivieron los beatos Cristóbal, Antonio y Juan, los niños mártires de Tlaxcala, que conociendo a Jesús, en tiempos de la primera evangelización de México, descubrieron que no había tesoro más grande que él. Eran niños como ustedes, y de ellos podemos aprender que no hay edad para amar y servir".
"Ustedes, mis pequeños amigos, no están solos. Cuentan con la ayuda de Cristo y de su Iglesia para llevar un estilo de vida cristiano. Participen en la Misa del domingo, en la catequesis, en algún grupo de apostolado, buscando lugares de oración, fraternidad y caridad. Eso mismo vivieron los beatos Cristóbal, Antonio y Juan, los niños mártires de Tlaxcala, que conociendo a Jesús, en tiempos de la primera evangelización de México, descubrieron que no había tesoro más grande que él. Eran niños como ustedes, y de ellos podemos aprender que no hay edad para amar y servir".

Fueron canonizados por el Papa francisco el 15 de Octubre de 2017, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, que lució engalanada para la ceremonia de canonización de los Niños Mártires de Tlaxcala, junto a otros 32 beatos, entre los que también se encontraban; Jacinta y Francisco Mirto dos hermanitos videntes a los que se les apareció la Virgen de Fátima.


